viernes, 21 de febrero de 2014

BLACKOUT III



But the tigers come at night
With their voices soft as thunder
As they tear your hope apart
As they turn your dream to shame


Cuando empiezo este post ya sólo te quedan un par de horas de vida. Las cosas siguen siendo como siempre hasta esa madrugada del 21 de febrero de 2011, luego...ya no lo son, y creo que ahora aún lo son menos.

Faltas tú, y un día faltará ella, y mi familia será aún más distinta de lo que ya es, me acostumbro poco. Esta es la foto de mi bautizo, con todos vestidos de negro porque unos días antes había muerto la abuela; ya sólo quedamos vivas mi madre, mi primo el del fondo y mi fabuladora persona. Mis padrinos fallecieron un mismo día de 1991 y yo nací el mismo día que mi otra abuela, la que tanto se me parece; según eso, debo morir el 23 de septiembre de 2014, unas semanas antes de llegar a los cuarenta, como le sucedió a ella: además, ese día es el cumpleaños de mi madre porque murió en el parto.

Te reirías mucho al llegar este septiembre y ver cómo me debato entre salir a la calle o no, qué será mejor, y paso el día entero inquieta por una superstición idiota. Lo mejor sería cuando me fuera de paseo pensando “bueno, así no se quema la casa ni nada”. Probablemente lo haga.


Estarías contento viendo que seguimos aquí y aún no hemos podido volver a Madrid, pero me verías sin trabajo casi dos años, verías la situación, y entonces te enfurecerías con todo y con todos, incluso conmigo. Si no se cumple la profecía creo que duraré como tú o mucho menos, me enfado igual que tú, aunque lo prefiero a pensar que no se puede hacer nada, quiero probar a formar parte del cambio que se está dando en el mundo e intentar que no sea para mal, me niego a hundirme con el sistema sin rechistar.

No te gustaría todo lo izquierdista y feminista que voy siendo, te podrías llegar a preocupar, aunque no creo que te contara nada de mis actividades en internet. Me temo que no eres el único, si bien me da que me respetarías más que algunos y en el fondo estarías encantado con esta rebelión de por vida, al final siempre me entendías.


Hubo un post que nunca escribí en el que quise contar una visita que os hicimos cuando aún estábamos en Madrid, pero no llegué a hacerlo jamás. Me acuerdo de cuando Aníbal, tú y mis hermanos os fuisteis entusiasmados a arreglar un viejo Ford usado, o lo felices que eráis mamá y tú sólo porque estábamos allí, siempre me acuerdo de esas vacaciones y sé que nunca volverá a haber nada igual. Todo lo que sonreías y sonríes en ese verano. El abrazo que me diste al bajar del autobús, hacía dos años que no me veías.

Pienso que esa clase de alegría ya no puede ser, y cada vez será menos, pero quizá no puede ser de otra forma, será lo que pasa en estos casos. Tampoco es que la alegría sea lo mío, así que ya ves.

No hi ha molt més que dir, papà. Fins l'any que ve.



2 comentarios:

Klandestinna dijo...

Creo que nunca te he dicho que lo siento, se nota que le querías mucho.

Un abrazo.

_Xisca_ dijo...


Muchas gracias, Klandes :)